Mensaje del
25 de agosto de 2013
“¡Queridos
hijos! También hoy el Altísimo me concede la Gracia de estar con ustedes y de
guiarlos hacia la conversión. Día tras día yo siembro y los invito a la
conversión para que sean oración, paz, amor, y trigo que al morir produce el
céntuplo. No deseo que ustedes, queridos hijos, tengan que arrepentirse por
todo lo que pudieron hacer y no hicieron. Por eso hijitos, digan de nuevo con
entusiasmo: “Deseo ser un signo para los demás”. Gracias por haber
respondido a mi llamado.”
Mensaje del 2 de agosto de 2013 (entregado a Mirjana)
“Queridos hijos, si me abrierais vuestros corazones en
completa confianza, lo comprenderíais todo. Comprenderíais con cuanto amor os
invito, con cuanto amor deseo cambiaros, haceros felices; con cuanto amor deseo
haceros seguidores de mi Hijo y daros la paz en la plenitud de mi Hijo.
Comprenderíais la inmensa grandeza de mi amor materno. Por lo tanto, hijos
míos, orad, porque a través de la oración vuestra fe crece y nace el amor, amor
con el cual ni siquiera la cruz es insoportable porque no la lleváis solos. En
comunión con mi Hijo, glorificad el Nombre del Padre Celestial. Orad, orad por
el don del amor, porque el amor es la única verdad, el amor perdona todo, sirve
a todos y en cada uno ve a un hermano. Hijos míos, apóstoles míos, grande es la
confianza que el Padre celestial, a través mío, su servidora, os ha dado para
que ayudéis a aquellos que no lo conocen, para que se reconcilien con Él y para
que lo sigan. Por eso os enseño el amor, porque solo si tenéis amor podréis responderle.
De nuevo os invito: ¡amad a vuestros pastores! y orad, para que en este tiempo
difícil, el Nombre de mi Hijo sea glorificado bajo Su dirección. ¡Os doy las
gracias! ”
Mensaje de la Reina de la Paz dado a Ivan el 23 de agosto de
2013
Dijo Ivan que la Santísima Virgen vino muy feliz y con mucha
alegría y saludó como siempre, diciendo:
“¡Alabado sea
Jesucristo, hijos míos queridos!”.
Luego extendió sus manos sobre todos los presentes esa noche
y oró por largo tiempo en arameo.
A continuación rezó en particular por las personas enfermas
allí presentes. Después dijo:
“Queridos hijos, hoy los invito a abrir sus corazones a la
paz. Hijos queridos, oren, oren al Rey de la Paz para que les dé su paz.
Ábranse a Él. Él es vuestro Rey. Queridos hijos, especialmente durante este
tiempo oren por la paz del mundo, oren por mis planes que quiero se realicen.
Oren, queridos hijos, oren para que la paz gobierne al mundo. Gracias que hoy
han dicho “sí” a mi llamado”.
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