El Movimiento de los Focolares (obra de María) publica mensualmente la Palabra de Vida en 84 lenguas e idiomas. La misma llega a 14 millones de personas de todo el mundo a través de la prensa, radio, televisión e internet. También recoge testimonios que son el fruto de ponerla en práctica. Para más información del Movimiento en Puerto Rico, puedes escribir a focolarepr@prtc.net
A continuación encontrarás la Palabra de Vida del mes de Julio 2012, tomado de la página oficial del Movimiento de los Focolares. Autor: Chiara Lubich
«A quien
tenga se le dará y le sobrará; pero a quien no tenga, aun lo que tiene se le
quitará » (Mt 13,12).
Con estas palabras, Jesús responde a sus discípulos, que le
habían preguntado por qué hablaba en parábolas. Él les explica que no a todos
les ha sido dado el don de conocer los misterios del reino de los cielos, sino
sólo a las personas bien dispuestas, a aquellas que acogen y viven sus
palabras.
De hecho, entre quienes lo escuchan hay algunos que cierran
voluntariamente sus ojos y sus oídos, por lo cual “aun viendo no ven, y aun
oyendo no oyen y no comprenden” . Estos son los que ven y escuchan a Jesús,
pero pensando que ya conocen toda la verdad, no creen en sus palabras y en los
hechos que las confirman. Así finalmente, terminan perdiendo hasta ese poco que
tienen.
«A quien
tenga se le dará y le sobrará; pero a quien no tenga, aun lo que tiene se le
quitará».
¿Cuál es, entonces, el significado de esta frase de Jesús?
Él nos invita a abrir nuestro corazón a la Palabra que vino a anunciarnos, y de
la cual nos pedirá cuentas al final de la vida.
Los escritos del Evangelio nos muestran cómo el anuncio de
esta Palabra está en el centro de todos los deseos y de toda las acciones de
Jesús. Nosotros lo vemos ir de pueblo en pueblo, por las calles, por las
plazas, por los campos, a las casas, a las sinagogas, anunciando el mensaje de
la salvación, dirigiéndose a todos, pero especialmente a los pobres, a los
humildes, a los que habían sido marginados. Jesús compara su Palabra con la
luz, con la sal, con la levadura, con una red lanzada al mar, con la semilla
sembrada en el campo; y Él dará la vida para que se extienda el fuego que la
Palabra contiene.
«A quien
tenga se le dará y le sobrará; pero a quien no tenga, aun lo que tiene se le
quitará ».
Jesús espera, por la Palabra que Él ha anunciado, la
transformación del mundo. Por consiguiente, no acepta que frente a este anuncio
podamos quedarnos neutrales, tibios o indiferentes. No admite que una vez
recibido un don tan grande, pueda quedarse inoperante.
Y para subrayar esta exigencia suya, Jesús vuelve a afirmar
aquí esa ley que está en la base de toda la vida espiritual: si uno pone en
práctica su Palabra, Él lo introducirá cada vez más en las riquezas y en las
alegrías incomparables de su reino; por el contrario, si uno descuida esta
Palabra, Jesús se la quitará y se la confiará a otros para que la hagan
fructificar.
«A quien
tenga se le dará y le sobrará; pero a quien no tenga, aun lo que tiene se le
quitará ».
Por lo tanto, esta Palabra de vida nos llama la atención
ante una grave falta en la que podemos caer: la de acoger el Evangelio
haciéndolo quizás sólo objeto de estudio, de admiración, de discusión, pero sin
ponerlo en práctica.
Jesús, en cambio, espera que nosotros acojamos la Palabra y
que la encarnemos dentro de nosotros. De la misma manera, Él espera que hagamos
de ella esa fuerza que da forma a todas nuestras actividades y así, a través del
testimonio de nuestra vida, sea esa luz, esa sal y esa levadura que poco a
poco, transforma la sociedad.
Durante este mes, entonces, pongamos de relieve una frase
entre las muchas Palabras de vida del Evangelio y pongámosla en práctica.
Enriqueceremos nuestra alegría con otra alegría.
Chiara Lubich
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