Texto completo tomado de RADIO VATICANO
Queridos hermanos y hermanas
La Palabra de Dios de este domingo, nos vuelve a proponer un
tema fundamental y siempre fascinante de la Biblia: nos recuerda que Dios es el
Pastor de la humanidad. Esto significa que Dios quiere para nosotros la vida,
quiere guiarnos a buenos prados, donde podamos alimentarnos y descansar; no
quiere que nos perdamos y que muramos, sino que alcancemos la meta de nuestro
camino, que es justamente la plenitud de la vida. Es aquello que desea cada
padre y cada madre por sus propios hijos: el bien, la felicidad, la
realización. En el Evangelio Jesús se presenta como Pastor de las ovejas
perdidas de la casa de Israel. Su mirada sobre la gente es una mirada
‘pastoral’- Por ejemplo, en el Evangelio de este domingo, se dice que “Al
desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque
eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato” (Mc 6,34). Jesús
encarna a Dios Pastor con su modo de predicar y con sus obras, cuidando a los
enfermos y pecadores, de aquellos que se han “perdido” (Lc 19,10), para
llevarlos de nuevo al seguro, a la misericordia del Padre.
Entre las “ovejas perdidas” que Jesús salvó hay también una
mujer de nombre María, originaria del poblado de Magdala, junto el Lago de
Galilea, y por esto llamada Magdalena. Hoy se celebra su memoria litúrgica en
el calendario de la Iglesia. El Evangelista Luca dice que Jesús hizo salir de
ella siete demonios (Lc 8,2), es decir, la salvó de un total sometimiento al
maligno. ¿En qué consiste esta sanación profunda que Dios obra mediante Jesús?
Consiste en una paz verdadera, completa, fruto de la reconciliación de la
persona en sí misma y en todas sus relaciones: con Dios, con los otros, con el
mundo. En efecto, el maligno siempre busca arruinar la obra de Dios, sembrando
división el corazón humano, entre cuerpo y alma, entre el hombre y Dios, en las
relaciones interpersonales, sociales, internacionales, y también entre el
hombre y la creación. El maligno, siembra guerra; Dios crea paz. Es más, como
afirma San Pablo, Cristo “es nuestra paz, él ha unido a los dos pueblos en uno
solo, derribando el muro de enemistad que los separaba y aboliendo en su propia
carne la ley con sus mandamientos y prescripciones” (Ef 2,14). Para realizar
esta obra de reconciliación radical, Jesús, el Pastor Bueno, tuvo que hacerse
Cordero, “El Cordero de Dios… que quita el pecado del mundo” (Jn 1,29). Sólo
así pudo realizar la estupenda promesa del Salmo: “Tu bondad y tu gracia me
acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor por muy largo
tiempo (23/22,6)
Queridos amigos, estas palabras nos hacen latir el corazón,
porque expresan nuestro deseo más profundo, dicen aquello por lo cual fuimos
hechos: la vida, la vida eterna!. Son las palabras de quien, como María
Magdalena, ha experimentado Dios en la propia vida y conoce su paz. Palabras
más que nunca verdaderas en la boca de la Virgen María, que ya vive por siempre
en los prados del Cielo, a donde la condujo el Cordero Pastor. María, Madre de
Cristo, nuestra paz, ruega por nosotros (Traducción del Italiano Claudia
Alberto-RV)
Texto completo del saludo en español
“Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española
presentes en esta oración mariana. A la luz de la Palabra de Dios proclamada
este domingo, invito a todos a orar por los ministros de la Iglesia, para que,
a ejemplo de Jesucristo, se entreguen con generosidad a la grey que les ha sido
confiada, siendo para todos espejo de virtudes. Encomendemos este hermoso
propósito a la Santísima Virgen María, y pidámosle a Ella que suscite en el
corazón de los jóvenes el deseo de seguir más de cerca y de por vida a su
divino Hijo, dando así testimonio constante de fidelidad y amor. Muchas
gracias.”
JESÚS LIBERÓ A MAGDALENA DEL SOMETIMIENTO TOTAL
En su reflexión en italiano, previa al rezo del Ángelus, el
Papa dijo que Jesús encarna a Dios Pastor con su modo de predicar y con sus
obras, cuidando a los enfermos y pecadores, de aquellos que se han perdido,
para llevarlos de nuevo al seguro, a la misericordia del Padre. Para referirse
inmediatamente a María Magdalena que se celebra el 22 de julio: “Entre las
“ovejas perdidas” que Jesús salvó hay también una mujer de nombre María,
originaria del poblado de Magdala, junto el Lago de Galilea, y por esto llamada
Magdalena. … El Evangelista Luca dice que Jesús hizo salir de ella siete
demonios (Lc 8,2), es decir, la salvó de un total sometimiento al maligno”.
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