tomado de: Radio Vaticano
"Queridos hermanos y hermanas:
Después de ver en las catequesis anteriores la oración como fenómeno universal, iniciamos hoy una nueva reflexión sobre este tema en la Biblia, para profundizar en la alianza entre Dios y el hombre que acompaña la historia de la salvación hasta su plenitud en Cristo. Abraham ofrece un primer ejemplo de oración de intercesión cuando Dios le anuncia su propósito de destruir las ciudades de Sodoma y Gomorra, ya que la maldad de sus habitantes había llegado al extremo. El Patriarca ora por los que van a ser castigados, presta su voz y su corazón; no se limita a pedir la salvación para los inocentes, sino que implora el perdón para toda la ciudad apelando a la justicia divina, que busca el bien y lo crea por medio de la misericordia que convierte y salva. La intercesión de Abraham se basa en la certeza de que el Señor escucha con paciencia la oración. Pero la misericordia de Dios en la historia se manifestará plenamente cuando el Hijo de Dios, hecho hombre, el Justo definitivo, traiga la salvación al mundo entero muriendo en la cruz, perdonando e intercediendo por aquellos que “no saben lo que hacen”. Así la oración de cada hombre encontrará respuesta y sus intercesiones serán escuchadas."
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Colombia, Venezuela, Chile, Argentina, México y otros países latinoamericanos. Invito a todos a conocer cada vez más la Biblia, a leerla y meditarla en la oración para profundizar así en la maravillosa historia de Dios con el hombre, y abrir el corazón a la sobreabundante misericordia divina. Muchas gracias.
Como siempre al final de la audiencia, el Santo Padre se ha dirigido a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. “Queridos jóvenes -ha dicho el Papa- os animo a que sepáis reconocer, en medio de tantas voces de este mundo, la de Cristo, que continúa dirigiendo su invitación al corazón de quien sabe escuchar. Sed generosos, siguiéndolo, no tengáis miedo de poner vuestras energías y vuestro entusiasmo al servicio de su Evangelio. Vosotros, queridos enfermos, que el Señor os une de manera más estrecha a su pasión, abridle el corazón con confianza; Él no os hará faltar la luz consoladora de su presencia. Y finalmente, a vosotros queridos recién casados, os deseo que vuestras familias respondan a la vocación de ser transparencia del amor de Dios.
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