SAN AGUSTIN
Obispo de Hipona y Doctor de la
iglesia (354-430)
Uno de los cuatro doctores más
reconocidos de la Iglesia Latina.
Llamado "Doctor de la
Gracia".
Fiesta: 28 de Agosto
“ ¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan
nueva, tarde te amé! He aquí que tú estabas dentro de mí y yo fuera, y [...]”
"Nos has hecho para ti, Señor, y nuestro corazón estará insatisfecho hasta que descanse en ti" -San Agustín
“ Dios, que te creó sin ti, no te salvará sin
ti. ”
“ ¿Cómo puedes amar a Dios, si aún amas lo que
odia Dios?”
“ La medida del amor es amar sin medida. ”
“ La oración es el encuentro de la sed de Dios
y de la sed del hombre.”
“ Servir a nuestro Dios, eso es reinar. ”
“ El amor es el peso que me arrastra. ”
“ Él, y sólo Él, escucha cuando nada nos
responde. ”
“ La oración no es más que un santo deseo.
¿Quieres no dejar nunca de orar? No dejes nunca de desear.”
“ Si la fe falta, la oración es imposible.
Luego, cuando oremos, creamos y oremos para que no falte la fe. La fe produce
[...]”
“ Llama con tu oración a su puerta, y pide, y
vuelve a pedir. No será Él como el amigo de la parábola: se levantará [...]”
“ El amor hace suave toda fatiga. ”
“ A mí me parece que hay que conducir de nuevo
a los hombres a la esperanza de encontrar la verdad.”
“ ¿Te fijas en que Cristo fue tentado, y no te
fijas que venció la tentación? Reconócete a ti mismo tentado en él, y [...]”
“ No te aflijas si no recibes de Dios
inmediatamente lo que pides: es Él quien quiere hacerte más bien todavía [...]”
“ Quiero recordar mis pasadas fealdades y las
debilidades de mi alma, no porque las ame, sino por amarte a Ti, Dios [...]”
“ No salgas de ti, entra en ti mismo: en el
interior del hombre habita la verdad.”
“ Cristo es el origen de nuestra vida, el
término a donde nos dirigimos y el camino por donde avanzamos.”
“ ¡Oh Dios, Tú nos hiciste para Ti, y nuestro
corazón queda insatisfecho hasta que descanse en Ti!”
“ Quien no es tentado no es probado, y quien no
pasa por la prueba, no adelanta.”
“ Únicamente sabe vivir bien, quien bien sabe
rezar. ”
“ No amaríamos nosotros a Dios si El primero no
nos hubiese amado a nosotros.”
“ No ames a Dios por la recompensa; sea él tu
única recompensa”
“ A Dios no lo ves. Amalo y lo posees. ”
“ Dios lo que más odia después del pecado es la
tristeza, porque nos predispone al pecado.”
“ Una virtud simulada es una impiedad
duplicada: a la malicia une la falsedad.”
“ Es mejor cojear por el camino que avanzar a
grandes pasos fuera de él. Pues quien cojea en el camino, aunque avance [...]”
“ Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás
con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con […]”
"Nos has hecho para ti, Señor, y nuestro
corazón estará insatisfecho hasta que descanse en ti" -San Agustín
BIOGRAFÍA DE SAN
AGUSTÍN
354-430 AD
Una de
las autobiografías más famosas del mundo, las Confesiones de San Agustín,
comienza de esta manera: “Grande eres Tu, Oh Señor, digno de alabanza … Tu nos
has creado para Ti, Oh Señor, y nuestros corazones estarán errantes hasta que
descansen en Ti” (Confesiones, Capítulo 1). Durante mil años, antes de la
publicación de la Imitación de Cristo,
Confesiones fue el manual más común de la vida espiritual. Dicho libro
ha tenido más lectores que cualquiera de las otras obras de San Agustín. El
mismo escribió sus Confesiones diez años después de su conversión, y luego de
ser sacerdote durante ocho años. En el libro, San Agustín se confiesa con Dios,
narrando el escrito dirigido al Señor. San Agustín le admite a Dios: “Tarde te
amé, Oh Belleza siempre antigua, siempre nueva. Tarde te amé” (Confesiones,
Capítulo 10). Muchos aprenden a través
de su autobiografía a acercar sus corazones al corazón de Dios, el único lugar
en donde encontrar la verdadera felicidad … ¿Quién fue este ‘pecador que llegó
a ser un santo’ en la Iglesia?
Los primeros años
San Agustin nació en Africa del Norte en 354,
hijo de Patricio y Santa Mónica. El tuvo un hermano y una hermana, y todos
ellos recibieron una educación cristiana. Su hermana llegó a ser abadesa de un
convento y poco después de su muerte San Agustín escribió una carta dirigida a
su sucesora incluyendo consejos acerca de la futura dirección de la
congregación. Esta carta llego a ser posteriormente la base para la “Regla de
San Agustín”, en la cual San Agustín es uno de los grandes fundadores de la
vida religiosa.
Patricio, el padre de San Agustín fue pagano
hasta poco antes de su muerte, lo cual fue una respuesta a las fervientes
oraciones de su esposa, Santa Mónica, por su conversión. Ella también oró mucho
por la conversión de su entonces caprichoso hijo, San Agustín. San Agustín dejó
la escuela cuando tenía diez y seis años, y mientras se encontraba en esta
situación se sumergió en ideas paganas, en el teatro, en su propio orgullo y en
varios pecados de impureza. Cuando tenía diez y siete años inició una relación
con una joven con quien vivió fuera del matrimonio durante aproximadamente
catorce años. Aunque no estaban casados, ellos se guardaban mutua
fidelidad. Un niño llamado Adeodatus
nació de su unión, quien falleció cuando estaba próximo a los veinte años. San
Agustín enseñaba gramática y retórica en ese entonces, y era muy admirado y
exitoso. Desde los 19 hasta los 28 años, para el profundo pesar de su madre,
San Agustín perteneció a la secta herética de los Maniqueos. Entre otras cosas,
ellos creían en un Dios del bien y en un Dios del mal, y que solo el espíritu
del hombre era bueno, no el cuerpo, ni nada proveniente del mundo
material.
La conversión de San
Agustín
A través de la poderosa intercesión de su madre
Santa Mónica, la gracia triunfó en la vida de San Agustín. El mismo comenzó a
asistir y a ser profundamente impactado por los sermones de San Ambrosio en el
Cristianismo. Asimismo, leyó la historia de la conversión de un gran orador
pagano, además de leer las epístolas de San Pablo, lo cual tuvo un gran efecto
en el para orientar su corazón hacia la verdad de la fe Católica. Durante un
largo tiempo, San Agustín deseó ser puro, pero el mismo le manifestó a Dios,
“Hazme puro … pero aún no” (Confesiones, Capítulo 8). Un día cuando San Agustín estaba en el jardín
orando a Dios para que lo ayudara con la pureza, escuchó la voz de un niño
cantándole: “Toma y lee; toma y lee” (Confesiones, Capítulo 8). Con ello, el se
sintió inspirado a abrir su Biblia al azar, y leyó lo primero que llego a su
vista. San Agustín leyó las palabras de la carta de San Pablo a los Romanos
capítulo 13:13-14: “nada de comilonas y
borracheras; nada de lujurias y desenfrenos … revestíos más bien del Señor
Jesucristo y no os preocupéis de la carne para satisfacer sus concupiscencias.”
Este acontecimiento marcó su vida, y a partir de ese momento en adelante el
estuvo firme en su resolución y pudo permanecer casto por el resto de su vida.
Esto sucedió en el año 386. Al año siguiente, 387, San Agustín fue bautizado en
la fe Católica. Poco después de su bautismo, su madre cayó muy enferma y
falleció poco después de cumplir 56 años, cuando San Agustín tenía 33. Ella le
manifestó a su hijo que no se preocupara acerca del lugar en donde sería enterrada,
sino que solo la recordara siempre que acudiera al altar de Dios. Estas fueron
unas palabras preciosas evocadas desde el corazón de una madre que tenía una
profunda fe y convicción.
Obispo de Hipona
Luego de
la muerte de su madre, San Agustín regresó al Africa. El no deseaba otra cosa
sino la vida de un monje – vivir un estilo de vida silencioso y monástico. Sin
embargo, el Señor tenía otros planes para el. Un día San Agustín fue a la
ciudad de Hipona en Africa, y asistió a una misa. El Obispo, Valerio, quien vio
a San Agustín allí y tuvo conocimiento de su reputación por su santidad, habló
fervientemente sobre la necesidad de un sacerdote que lo asistiera. La
congregación comenzó de esa manera a clamar por la ordenación de San Agustín.
Sus plegarias pronto fueron escuchadas. A pesar de las lágrimas de San Agustín,
de su resistencia y de sus ruegos en oposición a dicho pedido, el vio en todo
esto la voluntad de Dios. Luego dio lugar a su ordenación. Cinco años después
fue nombrado Obispo, y durante 34 años dirigió esta diócesis. San Agustín brindó generosamente su tiempo y
su talento para las necesidades espirituales y temporales de su rebaño, muchos
de los cuales eran gente sencilla e ignorante. El mismo escribió constantemente
para refutar las enseñanzas de ese entonces, acudió a varios consejos de
obispos en Africa y viajó mucho a fin de predicar el Evangelio. Pronto surgió
como una figura destacada del Cristianismo.
El amor de San Agustín hacia la verdad a menudo
lo llevo a controversias con diversas herejías. Por ejemplo, las principales
herejías contra las cuales habló y escribió fueron las de los Maniqueos, de
cuya secta había pertenecido anteriormente; de los cismáticos Donatistas que se
habían apartado de la iglesia; y, durante los veinte años restantes de su vida,
contra los Pelagianos, que exageraban la función del libre albedrío para hacer
caso omiso a la función de la gracia en la salvación de la humanidad. San
Agustín escribió mucho acerca de la función de la gracia en nuestra salvación,
y más adelante obtuvo el título de doctor de la Iglesia especialmente debido a
sus intervenciones con los Pelagianos. En esta línea, el mismo escribió mucho
también acerca del pecado original y sus efectos, del bautismo de niños
pequeños y de la predestinación.
Escritos
San
Agustín fue un escritor prolífico, que escribió más de cien títulos separados.
Según lo mencionado anteriormente, San Agustín escribió su famosa autobiografía
titulada Confesiones. El mismo escribió
además un gran tratado durante un período de 16 años titulado Sobre la
Trinidad, meditando sobre este gran misterio de Dios casi diariamente. San
Agustín escribió además la Ciudad de Dios, que comenzaba como una simple y
breve respuesta a la acusación de los paganos de que el Cristianismo era el
responsable de la caída de Roma.
Dicha
obra fue escrita entre los años 413-426, y es una de las mejores obras de
apologética con respecto a las verdades de la fe Católica. En ella, la ‘ciudad
de Dios’ es la Iglesia Católica. La premisa es que los planes de Dios tendrán
resultado en la historia en la medida en que las fuerzas organizadas del bien
en esta ciudad derroten gradualmente a las fuerzas del orden temporal que hacen
la guerra a la voluntad de Dios. Una línea de este libro se puede apreciar a
continuación: “Por tanto dos ciudades han sido construidas por dos amores: la
ciudad terrenal por el amor del ego hasta la exclusión de Dios; la ciudad
celestial por el amor de Dios hasta la exclusión del ego. Una se vanagloria en
si mismo, la otra se gloría en el Señor. Una busca la gloria del hombre, la
otra encuentra su mayor gloria en el testimonio de la conciencia de Dios”
(Ciudad de Dios, Libro 14)
Conclusión de su vida
En 430 San Agustín se enfermó y falleció el 28
de agosto de ese mismo año. Su cuerpo fue enterrado en Hipona, y fue trasladado
posteriormente a Pavia, Italia. San Agustín ha sido uno de los más grandes
colaboradores de las nuevas ideas en la historia de la Iglesia Católica. El es
un ejemplo para todos nosotros – un pecador que se hizo santo y que nos da
esperanza a todos. San Agustín es actualmente uno de los treinta y tres
doctores de la Iglesia. Su fiesta se celebra el 28 de agosto.
San Agustín y el niño
La historia de San Agustín con el niño es por
muchos conocida. La misma surge del mucho tiempo que dedicó este gran santo y
teólogo a reflexionar sobre el misterio de la Santísima Trinidad, de cómo tres
personas diferentes podían constituir un único Dios.
Cuenta la historia que mientras Agustín paseaba
un día por la playa, pensando en el misterio de la Trinidad, se encontró a un
niño que había hecho un hoyo en la arena y con una concha llenaba el agujero
con agua de mar. El niño corría hasta la orilla, llenaba la concha con agua de
mar y depositaba el agua en el hoyo que había hecho en la arena. Viendo esto,
San Agustín se detuvo y preguntó al niño por qué lo hacía, a lo que el pequeño
le dijo que intentaba vaciar toda el agua del mar en el agujero en la arena. Al
escucharlo, San Agustín le dijo al niño que eso era imposible, a lo que el niño
respondió que si aquello era imposible hacer, más imposible aún era el tratar
de decifrar el misterio de la Santísima Trinidad.
Oración
Renueva, Señor, en tu Iglesia el espíritu que
infundiste en San Agustín para que, penetrados de ese mismo espíritu, tengamos
sed de Tí, fuente de sabiduría, te busquemos como el único amor verdadero y
sigamos los pasos de tan gran santo. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
Oración por las
Vocaciones
Glorioso Padre San Agustín, que abriste un
camino de entrega a Dios
al descubrir la hermosura de la vida religiosa;
concédeme a mí, que me creo también llamado por Él, a ver claramente mi camino; ayúdame a ser fiel
a esa vocación divina; que la estime en todo su valor, que huya de las personas
y cosas que me la pueden arrebatar; que sea desde hoy muy generoso para decir
sí el día de mi total entrega. Amén.
TARDE TE AMÉ
San Agustín
Tarde te amé, belleza infinita tarde te amé,
Tarde te ame belleza siempre antigua y siempre
nueva!
Y supe, Señor que estabas en mi alma y yo
estaba fuera, así te buscaba mirando la belleza de lo creado.
¡Tarde te amé belleza infinita, tarde te ame,
tarde te ame, belleza siempre antigua y siempre nueva!.
Señor tu me llamaste, tu voz a mi llegó,
curando mi sordera con tu luz brillaste cambiando mi ceguera en un resplandor,
¡Tarde te amé belleza infinita,
tarde te ame, tarde te ame, belleza siempre
antigua y siempre nueva!.
Tu estabas conmigo, mas yo buscaba fuera y no
te encontraba, era un prisionero de tus criaturas, lejos de Ti.
¡Tarde te amé belleza infinita, tarde te ame,
tarde te ame, belleza siempre antigua y siempre nueva!.
Hasta
mí, ha llegado el aroma de tu gracia, por fin respiré, Señor yo te he buscado,
siento hambre y sed, ansío tu paz.
¡Tarde te amé belleza infinita, tarde te ame,
tarde te ame, belleza siempre antigua y siempre nueva!.
ORACIÓN A SAN AGUSTÍN
COMPUESTA POR JUAN
PABLO II
¡Oh gran Agustín,
nuestro padre y maestro!,
conocedor de los luminosos caminos de Dios,
y también de las tortuosas
sendas de los hombres,
admiramos las maravillas que la gracia divina
obró en ti, convirtiéndote en testigo apasionado
de la verdad y del bien,
al servicio de los hermanos.
Al inicio de un nuevo milenio,
marcado por la cruz de Cristo,
enséñanos a leer la historia
a la luz de la Providencia divina,
que guía los acontecimientos
hacia el encuentro definitivo con el Padre.
Oriéntanos hacia metas de paz,
alimentando en nuestro corazón
tu mismo anhelo por aquellos valores
sobre los que es posible construir,
con la fuerza que viene de Dios,
la "ciudad" a medida del hombre.
La profunda doctrina
que con estudio amoroso y paciente
sacaste de los manantiales
siempre vivos de la Escritura
ilumine a los que hoy sufren la tentación
de espejismos alienantes.
Obtén para ellos la valentía
de emprender el camino
hacia el "hombre interior",
en el que los espera
el único que puede dar paz
a nuestro corazón inquieto.
Muchos de nuestros contemporáneos
parecen haber perdido
la esperanza de poder encontrar,
entre las numerosas ideologías opuestas,
la verdad, de la que, a pesar de todo,
sienten una profunda nostalgia
en lo más íntimo de su ser.
Enséñales a no dejar nunca de buscarla
con la certeza de que, al final,
su esfuerzo obtendrá como premio
el encuentro, que los saciará,
con la Verdad suprema,
fuente de toda verdad creada.
Por último, ¡oh san Agustín!,
transmítenos también a nosotros una chispa
de aquel ardiente amor a la Iglesia,
la Catholica madre de los santos,
que sostuvo y animó
los trabajos de tu largo ministerio.
Haz que, caminando juntos
bajo la guía de los pastores legítimos,
lleguemos a la gloria de la patria celestial
donde, con todos los bienaventurados,
podremos unirnos al cántico nuevo
del aleluya sin fin. Amén.
ESCRITOS DE SAN AGUSTÍN
Confesiones (segmentos):
¡Tarde te amé, Oh eterna verdad,
verdadera caridad y cara eternidad!
A ti, Señor, me manifiesto tal
como soy
Cristo murió por todos
Alcancemos la sabiduría eterna
Vida Espiritual
Virtudes Cardinales/morales
De sus sermones
Nueva Creación en Cristo Sermón 8
Sembrad siempre buenas obras
Sermón 11
Mi sacrificio es un espíritu
quebrantado Sermón 19
El corazón del justo se gozará en
el Señor Sermón 21,1-4
El Señor se ha compadecido de
nosotros Sermón 23
Sufre por mis ovejas Sermón 32
Dichosos los que pudieron
hospedar al Señor en su propia casa -Sermón 103
Estad siempre alegres en el Señor
Sermón 171
La fidelidad brota de la tierra y
la justicia mira desde el cielo Sermón 185
Seremos saciados con la visión de
la Palabra -Sermón 194
Juan era la voz, Cristo es la
Palabra Sermón 293
La voz del que clama en el
desierto (Sobre la Natividad de S. Juan Bautista)
María dio fe al mensaje divino y
concibió por su fe
Cantemos aleluya al Dios bueno
que nos libra del mal
Sobre la oración (Carta a Proba)
Que nuestro deseo de la vida
eterna se ejercite en la oración
Debemos, en ciertos momentos,
amonestarnos a nosotros mismos con la oración vocal
No sabemos pedir lo que nos
conviene
El Espíritu intercede por
nosotros
Sobre la Ciudad de Dios
En todo lugar ofrecerán incienso
a mi nombre y una ofrenda pura
Sobre los mártires
Administró la sangre sagrada de
Cristo (Sobre S. Lorenzo)
Estos mártires, en su
predicación, daban testimonio de lo que habían visto (San Pedro y San Pablo)
Preciosa es la muerte de los
mártires, comprada con el precio de la muerte de Cristo
A los pastores:
Somos cristianos y somos obispos
Los pastores que se apacientan a
sí mismos
El ejemplo de Pablo
Que nadie busque su interés, sino
el de Jesucristo
Prepárate para las pruebas
Ofrece el alivio de la
consolación
Los cristianos débiles
Insiste a tiempo y a destiempo
Soy obispo para vosotros, soy
cristiano con vosotros
De sus comentarios sobre los salmos:
Cantad a Dios con maestría y con
júbilo Salmo 32
En Cristo fuimos tentados, en Él
vencimos al diablo Salmo 60
Los de fuera, lo quieran o no,
son hermanos nuestros (sobre los cristianos separados)
El Señor es nuestro Dios, y
nosotros su pueblo, el rebaño que él guía Salmo 47
No pongamos resistencia a su
primera venida, y no temeremos la segunda Salmo 95,14.15
Las promesas de Dios se nos
conceden por su Hijo Salmo 109
El Señor Jesucristo es el
verdadero Salomón Salmo 126
Comentario sobre Gálatas:
Entendamos la gracia de Dios.
Hasta ver a Cristo formado en
vosotros
Sobre el Evangelio de Juan:
Llega una mujer de Samaria a
sacar agua #15
El doble precepto de la
caridad #17
Cristo es el camino hacia la luz,
la verdad y la vida #34
Llegarás a la fuente, verás la
luz #35
El mandamiento nuevo #65
Que la fuerza del amor supere el
pesar por la muerte #123
Dos vidas #124
La Iglesia está fundada sobre la
piedra que confesó Pedro #124,5
Otras obras:
La misma vida se ha manifestado
en la carne Tratado sobre la 1 carta de
S. Juan
Creer en las Escrituras por la
autoridad de la Iglesia Católica
En su libro De Doctrina
Christiana expone los principios para la interpretación Bíblica.
Jesucristo es del linaje de David
según la carne. Sobre la predestinación
Damos culto a los mártires con un
culto de amor y participación
Vicente venció en aquel por quien
había sido vencido el mundo
ALGUNOS LIBROS
Confesiones
El espejo de las Sagradas Escrituras
El matrimonio y la concupiscencia
El único Bautismo
La Immortalidad del Alma
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