Alocución de Benedicto XVI antes del rezo del Ángelus - tomada de RADIO VATICANO:
Queridos hermanos y hermanas,
ahora nos dirigimos en oración a María Santísima, que hoy
veneramos como Reina del Santo Rosario. En este momento, en el Santuario de
Pompeya, es elevada la tradicional «Súplica», a la que se unen innumerables
personas en el mundo entero. Mientras también nosotros nos asociamos
espiritualmente a esa coral invocación, quisiera proponer a todos el valorizar
la oración del Rosario en el próximo Año de la Fe. Con el Rosario, de hecho,
nos dejamos guiar por María, modelo de fe, en la meditación de los misterios de
Cristo, y día a día somos ayudados a asimilar el Evangelio, de tal manera que
pueda dar forma a toda nuestra vida. Por lo tanto, tras la huellas de mis
Predecesores, en particular del Beato Juan Pablo II quien hace diez años nos
dio la Carta apostólica Rosarium Virginis Mariae, invito a rezar el Rosario
personalmente, en familia y en comunidad, colocándonos en la escuela de María,
que nos conduce a Cristo, centro vivo de nuestra fe.
Traducción del italiano: Raúl Cabrera, Radio Vaticano
Palabras del Santo Padre en nuestro idioma, saludando a los
presentes en la Plaza de San Pedro:
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española.
Invito a todos a orar por los trabajos del Sínodo de los Obispos, que en los
próximos días reflexionará sobre “La nueva evangelización para la transmisión
de la fe cristiana”. Hoy he declarado Doctores de la Iglesia al sacerdote
español san Juan de Ávila y a la religiosa alemana santa Hildegarda de Bingen.
Que sus figuras y obras sigan siendo faros luminosos y seguros en el anuncio
del Reino de Dios, y nos ayuden a todos a crecer cada día en la auténtica vida
de fe. Que la Santísima Virgen María nos acompañe en estos propósitos.
(RC-RV)
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