Mensaje del 25 de abril de 2013
¡Queridos
hijos! Oren, oren, y sólo oren, hasta que su corazón se abra a la fe, como una
flor se abre a los cálidos rayos del sol. Éste es un tiempo de Gracia que Dios
les da a través de mi presencia, sin embargo, ustedes están lejos de mi
Corazón, por eso los invito a la conversión personal y a la oración familiar.
Que la Sagrada Escritura sea siempre un estímulo para ustedes. Los bendigo a
todos con mi bendición maternal. Gracias por haber respondido a mi llamado.
Mensaje del
2 de abril de 2013
Queridos
hijos, los invito a ser en el espíritu una sola cosa con mi Hijo. Los invito,
para que, a través de la oración y de la Santa Misa, cuando mi Hijo se une de
manera especial a ustedes, procuren ser como Él: para que estén siempre
dispuestos como Él a cumplir la Voluntad de Dios, y no pedir que se realice la
de ustedes. Porque, hijos míos, por la Voluntad de Dios son y existen, pero sin
la Voluntad de Dios, no son nada. Yo, como Madre, les pido que con vuestra vida
hablen de la gloria de Dios, porque de esa forma también se glorificarán a sí
mismos, según Su voluntad. Muestren humildad a todos, y amor hacia el prójimo.
Por medio de esa humildad y de ese amor, mi Hijo los ha salvado y les ha
abierto el camino hacia el Padre Celestial. Les ruego que abran el camino al
Padre Celestial a todos aquellos que no Lo han conocido y no han abierto a Su
amor el propio corazón. Con vuestra vida abran el camino a todos aquellos que
todavía divagan en busca de la Verdad. Hijos míos, sean mis apóstoles que no
viven en vano. No olviden que ustedes vendrán ante el Padre Celestial y le
hablarán de ustedes. ¡Estén preparados! Nuevamente les advierto: oren por
aquellos que mi Hijo ha llamado, les ha bendecido sus manos y los ha donado a
ustedes. Oren, oren, oren por sus pastores. Les agradezco
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