Santa Bernadette fue canonizada el 8 de Diciembre de 1933. Su cuerpo incorrupto todavía puede verse en el Convento de Nevers, dentro de un féretro de cristal. La festividad de la Santa se celebra el 16 de Abril.
Santa Marie Bernard –Bernardette– Soubirous nació el 7 de enero, de 1844, en el pueblo de Lourdes, Francia. Era la mayor de varios hermanos. Sus padres vivían en un sótano húmedo y miserable, y el papá tenía por oficio botar la basura del hospital.
Desde pequeña, Bernardita tuvo una salud bien delicada a
causa de la falta de alimentación suficiente, y del estado lamentablemente
pobre de la habitación donde moraba. En los primeros años sufrió la enfermedad
de cólera que la dejó sumamente debilitada. Luego, a causa también del clima
terriblemente frío en invierno, la santa adquirió desde los diez años la
enfermedad del asma.
Tiempo después de las apariciones (de la Vírgen de Lourdes), Bernardita fue admitida
en la Comunidad de Hijas de la Caridad de Nevers. En julio de 1866 comenzó su
noviciado y el 22 de septiembre de 1878 pronunció sus votos, falleció unos
meses después, el día 16 de Abril de 1879.
Asimismo, la vida de la jovencita, después de las
apariciones estuvo llena de enfermedades, penalidades y humillaciones, pero con
todo esto fue adquiriendo un grado de santidad tan grande que se ganó enorme
premio para el cielo.
En sus primeros años con las monjas, la Santa jovencita
sufrió mucho, no solo por su mala salud, sino también a causa que la Madre
superiora del lugar que no creía en sus enfermedades, inclusive decía que
cojeaba de su pierna, no por el tumor que tenía, sino para llamar la atención.
En su comunidad, la santa se dedicó a ser enfermera y
sacristana, y más tarde, por nueve años estuvo sufriendo una dolorosa enfermedad.
Al llegarle los agudos ataques exclamaba: “Lo que le pido a Nuestro Señor no es
que me conceda la salud, sino que me conceda valor y fortaleza para soportar
con paciencia mi enfermedad. Para cumplir lo que recomendó la Sma. Virgen,
ofrezco mis sufrimientos como penitencia por la conversión de los pecadores”.
Cuando ya le faltaba poco para morir, llegó un Obispo a
visitarla y le dijo que iba camino de Roma, que le escribiera una carta al
Santo Padre para que le enviara una bendición, y que él la llevaría
personalmente. Bernardita, con mano temblorosa, escribe: “Santo Padre, qué
atrevimiento, que yo una pobre hermanita le escriba al Sumo Pontífice. Pero el
Sr. Obispo me ha mandado que lo haga. Le pido una bendición especial para esta
pobre enferma”. A regreso del viaje, el Obispo le trajo una bendición especialísima
del Papa y un crucifijo de plata que le enviaba de regalo el Santo Padre.
El 16 de abril de 1879, estando muy mal de salud y teniendo
a penas 35 años, exclamó emocionada: “Yo vi la Virgen. Sí, la vi, la vi ¡Que
hermosa era!” Y después de unos momentos de silencio dijo emocionada: “Ruega
Señora por esta pobre pecadora”, y apretando el crucifijo sobre su corazón se
quedó muerta..
A los funerales de Santa Bernardita asistió una muchedumbre
inmensa. Y ella empezó a conseguir milagros de Dios en favor de los que le
pedían su ayuda. 30 años más tarde, su cadáver fue exhumado, y hallado en
perfecto estado de conservación, unos años después, poco antes de su
beatificación, efectuada el 12 de Junio de 1925, se realizó un segundo
reconocimiento del cuerpo, el cual seguía intacto.
Santa Bernadette fue canonizada el 8 de Diciembre de 1933.
Su cuerpo incorrupto todavía puede verse en el Convento de Nevers, dentro de un
féretro de cristal. La festividad de la Santa se celebra el 16 de Abril.
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