Después del tradicional rezo del Regina Coeli del día de hoy, 12 de Junio, el Santo Padre Benedicto XVI se dirigió a todos los fieles en una reflexión con motivo de la celebración de la fiesta de Pentecostés. El Santo Padre nos dice: El Espíritu Santo, “que es Señor y da la vida” –como rezamos en el Credo–, está unido al Padre por medio del Hijo y completa la revelación de la Santísima Trinidad. Proviene de Dios como soplo de su boca y tiene el poder de santificar, abolir las divisiones, disolver la confusión debida al pecado. Él, incorpóreo e inmaterial, prodiga los bienes divinos, sostiene a los seres vivos, para que actúen en conformidad al bien. Como Luz inteligible da significado a la oración, da vigor a la misión evangelizadora, hace que ardan los corazones de quien escucha el feliz mensaje, inspira el arte cristiana y la melodía litúrgica.
Y con motivo de la Beatificación que se realizará mañana de Alois Andritzki, sacerdote y mártir, el Papa hace un llamado a la Paz, a que el diálogo prevalezca a las armas con las siguientes palabras: me alegra recordar que mañana en Dresde, Alemania, será proclamado Beato Alois Andritzki, sacerdote y mártir, asesinado por los nacionalsocialistas en 1943, a la edad de 28 años. Alabamos al Señor por este heroico testigo de la fe, que se añade a la fila de cuantos han dado la vida en el nombre de Cristo en los campos de concentración. Querría encomendar a su intercesión, hoy que es Pentecostés, la causa de la paz en el mundo. Que el Espíritu Santo inspire valerosos propósitos de paz y sostenga el empeño de llevarlos adelante, a fin de que el diálogo prevalezca sobre las armas y el respeto de la dignidad del hombre supere los intereses de parte. Que el Espíritu, que es vínculo de comunión, enderece los corazones desviados por el egoísmo y ayude a la familia humana a redescubrir y custodiar con vigilancia su unidad fundamental.
A continuación el texto completo tomado de Radio Vaticano:
Queridos hermanos y hermanas:
La solemnidad de Pentecostés, que hoy celebramos, concluye el tiempo litúrgico de la Pascua. En efecto, el Misterio pascual –la pasión, muerte y resurrección de Cristo y su ascensión al Cielo– encuentra su cumplimiento en la potente efusión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos junto a María, la Madre del Señor, y los demás discípulos. Fue el “bautismo” de la Iglesia, bautismo en el Espíritu Santo (Cf. Hch 1, 5). Como narran los Hechos de los Apóstoles, la mañana de la fiesta de Pentecostés, un fragor como de viento embistió el Cenáculo y sobre cada uno de los discípulos descendieron lenguas como de fuego (Cf. Hch 2, 2-3). San Gregorio Magno comenta: «Hoy el Espíritu Santo ha descendido con sonido improviso sobre los discípulos y ha cambiado las mentes de seres carnales en el interior del su amor, y mientras aparecieron en el exterior lenguas de fuego, en el interior los corazones se volvieron de fuego, puesto que, acogiendo a Dios en la visión del fuego, ardieron suavemente por amor» (Hom. in Evang. XXX, 1: CCL 141, 256). La voz de Dios diviniza el lenguaje humano de los Apóstoles, que se volvieron capaces de proclamar de modo “polifónico” al único Verbo divino. El soplo del Espíritu Santo colma el universo, genera la fe, arrastra a la verdad, predispone la unidad entre los pueblos. « Al producirse aquel ruido la gente se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada uno en su propia lengua» por las « las maravillas de Dios» (Hch 2, 6.11).
El beato Antonio Rosmini explica que «en el día de Pentecostés a algunos cristianos Dios promulgó (…) su ley de caridad, escribiéndola por medio del Espíritu Santo no sobre las tablas de piedra, sino en el corazón de los Apóstoles, y por medio de los Apóstoles comunicándola después a toda la Iglesia» (Catechismo disposto secondo l’ordine delle idee… n. 737, Turín, 1863). El Espíritu Santo, “que es Señor y da la vida” –como rezamos en el Credo–, está unido al Padre por medio del Hijo y completa la revelación de la Santísima Trinidad. Proviene de Dios como soplo de su boca y tiene el poder de santificar, abolir las divisiones, disolver la confusión debida al pecado. Él, incorpóreo e inmaterial, prodiga los bienes divinos, sostiene a los seres vivos, para que actúen en conformidad al bien. Como Luz inteligible da significado a la oración, da vigor a la misión evangelizadora, hace que ardan los corazones de quien escucha el feliz mensaje, inspira el arte cristiana y la melodía litúrgica.
Queridos amigos, el Espíritu Santo, que crea en nosotros la fe en el momento de nuestro Bautismo, nos permite vivir como hijos de Dios, conscientes y conformes, según la imagen del Hijo Unigénito. También el poder de perdonar los pecados es don del Espíritu; en efecto, al aparecer a los Apóstoles la noche de Pascua, Jesús sopló sobre ellos y dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados» (Jn 20, 23). A la Virgen María, templo del Espíritu Santo, encomendamos a la Iglesia, par que viva siempre de Jesucristo, de su Palabra, de sus mandamientos, y bajo la acción perenne del Espíritu Paráclito anuncie a todos que «Jesús es Señor!» (1 Cor 12, 3).
Después del Regina Coeli, hablando en italiano el Papa dijo:
Queridos hermanos y hermanas, me alegra recordar que mañana en Dresde, Alemania, será proclamado Beato Alois Andritzki, sacerdote y mártir, asesinado por los nacionalsocialistas en 1943, a la edad de 28 años. Alabamos al Señor por este heroico testigo de la fe, que se añade a la fila de cuantos han dado la vida en el nombre de Cristo en los campos de concentración. Querría encomendar a su intercesión, hoy que es Pentecostés, la causa de la paz en el mundo. Que el Espíritu Santo inspire valerosos propósitos de paz y sostenga el empeño de llevarlos adelante, a fin de que el diálogo prevalezca sobre las armas y el respeto de la dignidad del hombre supere los intereses de parte. Que el Espíritu, que es vínculo de comunión, enderece los corazones desviados por el egoísmo y ayude a la familia humana a redescubrir y custodiar con vigilancia su unidad fundamental.
Pasado mañana, 14 de junio, se celebra la Jornada Mundial de los Donadores de Sangre, millones de personas que contribuyen, de modo silencioso, a ayudar a hermanos en dificultad. Dirijo a todos los donadores un saludo cordial e invito a los jóvenes a seguir su ejemplo.
Por último, hablando en italiano, el Obispo de Roma dirigió un saludo cordial a los periodistas y a los relatores reunidos en Pistoia con motivo del Foro de información católica para la salvaguardia de la creación, organizado por la asociación Greenaccord sobre el tema: “El espacio común del hombre en la creación”. Animo a los periodistas comprometidos en la tutela del ambiente.
En fin, saludo con afecto a los peregrinos de lengua italiana, en particular a los jóvenes de Caprino Veronese y a los chicos de Casaleone que han recibido la Confirmación. Saludo a cuantos han participado en los encuentros organizados por el Movimiento del Amor Familiar sobre “La oración del Padrenuestro y las raíces cristianas de la familia y de la sociedad”. Saludo a los socios del club “Pasión Roja Italia”. Deseo a todos feliz domingo.
“Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española que participan en esta oración mariana, en particular a los fieles de la parroquia de Moral de Calatrava y al grupo de Oficiales de la Escuela Militar de Colombia. Celebramos hoy, cincuenta días después de la Pascua, la solemnidad de Pentecostés, en la que la liturgia revive el inicio de la misión apostólica a todos los pueblos. Invito a todos a perseverar junto con María, Madre de la Iglesia, en ferviente oración y a poner al servicio de toda la humanidad los diversos dones y carismas que el Espíritu Santo nos ha concedido, para continuar así anunciando la buena nueva de la resurrección de Cristo. Muchas gracias y feliz domingo”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario